
Reconozco, con mucho pesar, que a veces, por lo abrupto, lo simplista, lo simplificado o lo diluido que puede ser un final, me siento un poco incómodo con los mismos y no logran hacerme llegar a la sensación de explosión emotiva que inconscientemente (e infantilmente) estoy buscando.
Cabe aclarar que hoy, reflexionando con más profundidad, llegaré a un planteo de la cuestión que me diga, quizás, que ni siquiera exista tal cosa como los finales; así al menos echaría por tierra la incomodidad que me aquejaba algunas veces. Este alivio momentáneo, trae de la mano una nueva cuestión, menos elemental que la anterior: ¿qué es un final? En este pequeño esbozo no me hallo en la posición de dar acabada cuenta de tal interrogante; no sólo por la falta de herramientas y conocimientos que tengo (muy básicos aun), sino también por las innumerables intuiciones que me atraviesan y me hacen pensar, por ejemplo, en qué lugar de una obra literaria se ubica el final. Sabido es por todos que en las obras modernas no siempre lo último que aparece escrito es el final. También sería una gran equivocación de nuestra parte afirmar que la misma cantidad de causas determinan en todas las obras literarias, las consecuencias del final. Este argumento se vería totalmente invalidado ante la más básica investigación literaria.

De esta forma queda un poco más allanado el camino en busca de definir qué es un final en una obra literaria. El instante se me dispara la idea de que quizás no exista tal cosa, en el sentido formal del término (¿Es el final de la obra cuando ésta termina?, ¿Cuándo cierro el libro?, ¿Cuándo dejo de pensar en ella?, ¿y si no puedo dejar de pensar en ella nunca?, ¿tendría final esa obra?); por supuesto que sí en el sentido pragmático y funcional.
A su vez, al lector avisado, ni la función ni el sentido de un final en una obra literaria

Entonces se puede afirmar que es ésta y no otra la función de una obra literaria: causar un efecto estético. Y son muchas veces desdeñables aquellos que nos quieren inculcar valores y enseñas a través de las obras literarias, puesto que ésta no es su función, al menos específica.
Así también, por ejemplo, un lector avisado podría introducirse en la lectura de una obra literaria aun sabiendo su final o detalles del desarrollo, ya que su objetivo no es el de llegar al final como una meta, sino que es el de vivenciar esa función poética del lenguaje que nos está entregando una obra literaria.
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